Cuando decidí iniciar mi camino hacia la maternidad a través de la adopción empecé a leer todo cuanto caía en mis manos acerca del proceso de adopción, de los problemas que debíamos enfrontar como padres y sobretodo, las particularidades de nuestros futuros hijos e hijas.
Todo niño o niña abandonado trae tras de si una estela de dolor y desolación, quizás desde el primer instante en que su madre, tras dar a luz, decidió que no podía cuidar de él o bien que debía renunciar a ese bebé, rechazó, quizás, sostenerlo sobre su pecho y contemplarlo por primera vez y aquella vida diminuta fue trasladada a una cuna vacía, fría y desoladora, no percibió el calor tibio de otra piel, ni tampoco el ritmo acompasado del latido del otro corazón que, durante 9 largos meses había sido su sostén.
En otras ocasiones, son niños y niñas que han tenido que soportar, en sus cuerpos menudos, el dolor de los maltratos o los abusos de quienes estaban a su cargo, minando su confianza en los adultos, su autoestima y, seguramente, su capacidad de amar y vincularse a otra persona, de anclarse a otra vida , en otro corazón de forma perenne.
A todo esto debemos sumarle, especialmente, en el caso de los países del Este, como Rusia, el proceso de institucionalización que, de forma inevitable, marcará a nuestros hijos e hijas, convivir en un espacio cerrado donde la relación entre cuidadores y niños se basa en los principios de una relación entre médicos y pacientes, donde tan solo se atienden sus necesidades fisiológicas y el juego, los abrazos, los besos y seguramente, también la estimulación del bebé y posteriormente niño, quedan relegadas a un segundo plano a un “quizás si luego hay tiempo” y en ese espacio de soledad, de pequeña anarquía nuestros hijos e hijas despliegan sus primeros años de vida y los más vitales, marcando en ellos la herida primaria o la famosa mochila que cada uno de ellos trae consigo.
Es por eso que, cuando iniciamos el proceso de adopción, decidí confeccionar el primer regalo para mi hijo o hija. Una de las tardes en que salí pronto de una reunión me acerqué a FNAC y hurgué en el apartado de libretas, moleskine, etc y me hice co una bonita libreta de color, con casi 300 hojas ( por si la espera se demora demasiado) y ahí comencé a escribir un diario. Algunas veces es a diario, otras alterno un día con otro, pero siempre hay muchos momentos en que me siento, ya sea en la cama, en el sofá o en la cocina y le escribo, son a modo de cartas en que le explico que trámites hemos realizado aquel día, si se lo hemos comunicado a alguien o bien, simplemente, le explico cuanto le quiero y como le echo de menos, el deseo de conocerle, otras veces le cuento cosas de nuestra familia, de quien la compone y de las miles de cosas que haremos juntos en cuanto esté aquí.
Este diario se lo ofreceré en cuanto tenga edad suficiente para leerlo detenidamente y entenderlo, pero sobretodo, para que comprenda que su madre se lo escribió día tras día para que descubriera que, a pesar de esa sensación de abondono, de, quizás rabia contenida o incomprensión por su situación, había alguien en el otro extremo del mundo aguardándole y para quien sería su vida entera, su centro vital, su madre, al fin y al cabo.
M'has fet emocionar... Jo també vaig comprar un diari i li escric. De vegades explicant com em sento, a vegades anoto frases que em venen el cap, dates... pq quan tingui edat suficient ho pugui llegir. Una abraçada
ResponderEliminarQuin gest tan preciòs! I quin escrit tan ple de sentit, m'ha encantat, felicitats. Petons!
ResponderEliminarAquesta és molt bona idea !! Crec que molts de nosaltres hem decidit fer-ho i és perque d'alguna forma, volem mantenir una comunicació amb el nostre infant. Volem demostrar-l'hi que l'estimavem ja des de molt avans de coneixer-lo i que, tot i que va haber d'estar un temps solet i separat de nosaltres, nosaltres ja el sentíem molt nostre. Jo crec que aquest diari també l'hi servirà per a reforçar molt més la seva seguretat en nosaltres i per tant, també la seva auto-confiança.
ResponderEliminarPer cert, el blog també l'ajudarà molt, perque en certa manera, no deixa de ser també un diari.
No ho deixeu, que de ben segur, us ajudarà a soportar aquesta dura espera.
Molts petons
Que bonito!!!! Yo también tengo un diario para mi futuro peque....lo que pasa que ahora no escribo a diario...
ResponderEliminarSerá muy bonito poder leerlo juntos el día de mañana.besos! Ester